Atravesé una crisis enorme vital, que me hizo abandonar la idea de quién era y adentrarme en la oscuridad de lo desconocido.

Como no puede separarse la obra del artista, mi arte se sacudió y se transformó al poco tiempo.
Ha sido un proceso intenso, hermoso y doloroso a partes iguales. Por eso sé que me he mantenido fiel al arte: porque todo está atravesado de honestidad, vulnerabilidad y fiereza.

Lo azul es una colección madura, alejada de lo naif de la anterior etapa de mi obra, pero conservando lo místico, lo simbólico y lo espiritual como centro del mensaje. Influenciada por el Tarot, la astrología moderna, los procesos terapéuticos, y la estética más psicodélica y onírica. Podríamos situar la colección entre las corrientes del expresionismo abstracto y el simbolismo.

Visualmente, lo azul presenta una estética que combina lo etéreo con lo visceral. Las obras muestran formas fluidas y gestuales, con capas de pigmento que crean una sensación de profundidad y movimiento. El uso del azul, en sus diversas tonalidades, domina la paleta, evocando sensaciones de calma, misterio y contemplación. Esta estética busca no solo representar, sino también inducir estados emocionales y espirituales.

Esta colección es una oda a lo profundamente humano. Es un canto a la libertad que otorga abrazar lo más íntimo del ser, a la libertad que se despliega cuando expresamos la verdad, a la íntima sombra que proyecta el dolor, que otorga belleza y pureza y amor. Los tonos tierras, ocres y rojizos expresan todo el abanico de emociones y vivencias humanas. El amarillo como la infancia y la alegría de vivir, el marrón como el barro, el cuerpo y la identidad construida, el rojo como el dolor, la pertenencia y la pasión.

El azul simboliza la espiritualidad, la dimensión trascendente que tenemos todas las personas, que nos sostiene en brazos cuando nos recostamos en el vacío. Es la luz propia que brilla incandescente cuando hemos abandonado la pretensión de ser alguien en el recodo del camino.

El azul es el amor infinito que habita la vida en todas sus formas, y nos hace grandes y nos hace dignos de ternura y nos hace hermosos a través de aquello que llamamos “error”, pero que en el fondo solo es nuestra ansia de aferrarnos.

Soy Israel Barranco, un artista de 34 años afincado en Sevilla.
Escorpio con ascendente Sagitario, entusiasta del crossfit y del café de especialidad. Me interesa la moda como un acto creativo mediante el que expresamos quiénes somos.

Mi formación académica no es artística: me gradué en trabajo y educación social, y tengo dos másteres en trabajo psicoeducativo con personas. Hace unos 11 años estudié arteterapia, y descubrí la verdadera dimensión del arte en las vidas de las personas. Ahí decidí dejar mi trabajo y apostar fuertemente por mi arte.

Llevo 10 años vendiendo mis cuadros en España, Europa y EEUU. En este tiempo he desarrollado muchos eventos que combinan el arte, el crecimiento personal y la mentoría a otros artistas: retiros creativos, cursos formativos sobre simbología y arquetipos, clases de pintura y eventos inmersivos de arte.

Actualmente dirijo The Momentum, un club online para artistas, donde acompaño y formo a otros artistas en sus procesos creativos y de negocio artístico.

Vivo con un perrito que se llama Mago, me gustan los poemarios y no sé leer la hora en un reloj de agujas. Ah! Tengo mucho sentido del humor y una colección de stickers y memes envidiable.

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